«Sin parabenos»: Por qué debemos evitarlos
Los productos de belleza y cosmética, por el íntimo contacto que tienen sobre nuestro cuerpo, deben tener, y les debemos prestar, una especial atención por nuestra parte.
Cuando caminamos por cualquier lineal de productos de belleza vemos algunos que anuncian en sus etiquetas, y en lugar bien visible, que en su formulación no contienen parabenos, «sin parabenos».
No son mayoría, no está generalizado. Pero si tú eres de ese grupo de consumidores que no quiere parabenos en los productos cosméticos, es porque conoces qué son y qué riesgos tienen para la salud.
Los parabenos son un grupo de sustancias químicas que se utilizan como conservantes en los productos de cuidado personal. Todos los parabenos actúan frenando el crecimiento bacteriano, por lo que alargan la vida útil de estos productos. Son baratos y efectivos. Los encontramos en champús, lociones, dentífricos, productos de cosmética y maquillaje, en productos como desodorantes axilares, antitranspirantes, humectantes de la piel, cremas corporales, aerosoles para el cuerpo y productos de protección solar, en general en casi todos los productos de cosmética, belleza y cuidado personal.
Los parabenos se usan en una amplia gama de toallitas húmedas y cremas para bebés
Los podemos agrupar en seis tipos: metil, etil, propil, isopropil, butil e isobutilparabenos. Son ésteres del ácido para-hidroxibenzoico y contienen metanol, etano o propanol en su composición. En la Unión Europea los parabenos autorizados para su uso en cosmética tienen asignados los siguientes códigos: E214 (etil p-hidroxibenzoato), E215 (etil p-hidroxibenzoato de sodio), E216 (propil p-hidroxibenzoato), E217 (propil p-hidroxibenzoato de sodio), E218 (etil p-hidroxibenzoato) y E219 (etil p-hidroxibenzoato de sodio). Todos ellos presentan un grado de toxicidad alto.
Desde abril de 2014 en la UE están prohibidos para uso en cosméticos los parabenos de cadena larga isobutilparabeno, fenilparabeno, bencilparabeno y pentilparabeno. La principal preocupación que ha llevado a la prohibición del uso de estos parabenos en cosméticos es su capacidad para actuar como hormonas en el cuerpo, más concretamente como estrógenos, la hormona sexual femenina. Son considerados disruptores endocrinos.
Los disruptores endocrinos interfieren con los sistemas de señalización hormonal del cuerpo. Son compuestos que obstaculizan la natural producción, liberación, transporte, metabolismo, unión, acción o eliminación de hormonas en el cuerpo. Las hormonas regulan el crecimiento y el desarrollo, la respuesta al estrés, el metabolismo, la reproducción y otras funciones orgánicas fundamentales. Se sospecha que los disruptores endocrinos causan disminución del número de espermatozoides, provocan infertilidad, retraso en el desarrollo sexual, obesidad, diabetes y cáncer. Y debemos mencionar que son especialmente peligrosos en el embarazo y sobre los bebes menores de tres años.
La composición química de los parabenos hace que no sean inocuos. Al entrar en contacto con la piel pueden causar irritación y enrojecimiento, comezón en el área afectada por el contacto, producir sarpullidos con enrojecimiento, erupciones con protuberancias rojas que pueden supurar, inflamación de la piel por exposición al sol, y dermatitis por contacto.
Y por si todos estos problemas de salud descritos no fuesen suficientes, se ha comprobado mediante estudio clínico de la presencia de parabenos en las muestras de tumores de cáncer de mama. Y esto se debe a que el 90 por ciento de los cánceres de mama expresan el receptor de estrógeno, por lo que se sospecha que los parabenos puedan contribuir al desarrollo de estos tumores.
Es especialmente alarmante el hecho de que los desodorantes con parabenos, potenciales disruptores endocrinos, se estén usando desde hace años en la zona axilar junto al pecho, zonas sensibles en las que se producen los tumores de mama.
Especial atención se debe tener en los productos de higiene para bebés. Los parabenos se usan en una amplia gama de toallitas húmedas y cremas para ellos.
Estos productos entran en contacto con la piel del área genital de los bebés, área especialmente sensible debido a las abrasiones de la piel producidas por el pañal y las erupciones cutáneas. Esto permite una más fácil absorción y acumulación en los tejidos de los órganos reproductivos, tejidos que se encuentran en continuo desarrollo y crecimiento, por lo que la presencia de estas sustancias puede producir cambios potencialmente perjudiciales.