Nutrición

4 consejos para estimular tu sistema inmunológico

Cuando las personas piensan en su sistema inmunológico, generalmente consideran su papel en la lucha contra un resfriado o una infección. Pero hay una conexión directa entre el sistema inmune y la nutrición.

Nuestro sistema inmunológico es una de las formas más efectivas de defensa contra las infecciones virales. Hay dos categorías de funciones inmunes en el cuerpo de todos: la inmunidad innata que evita que las enfermedades entren al cuerpo y la inmunidad adaptativa que elimina o previene el crecimiento de patógenos, como virus y bacterias, en nuestro cuerpo.

En una persona que está desnutrida, el sistema inmunológico se apaga. En las personas con sobrepeso u obesidad, el sistema inmunológico se vuelve hiperactivo y provoca inflamación.

Cómo la nutrición afecta el sistema inmunológico

Hay una conexión tangible entre el sistema inmune y la nutrición. Lo que comemos, dónde vivimos, cuánto dormimos, cómo hacemos ejercicio e incluso con quién vivimos, todo provoca reacciones químicas que pueden alterar nuestro estado de salud.

A la mezcla se agrega nuestro microbioma, que son los microorganismos de los que dependemos para protegernos contra los gérmenes, descomponer los alimentos para obtener energía, producir vitaminas vitales y fortalecer nuestro sistema inmunológico.

La mayor parte del sistema inmunitario, aproximadamente el 70%, se encuentra cerca de los intestinos, lo que controla la ingesta de alimentos y cómo los utiliza el cuerpo. Esto hace que sea fundamental para nosotros consumir una dieta equilibrada con las vitaminas, minerales y nutrientes correctos, manteniendo un estilo de vida saludable.

4 consejos para aumentar los nutrientes que fortalecen el sistema inmunológico

Comer una dieta equilibrada requiere asegurar que haya una ingesta nutricional óptima a nivel celular. Asegúrate de consumir suficiente de los siguientes nutrientes:

1. Incluye proteínas en tu alimentación diaria.

También conocida como el pilar que forma los músculos, la proteína le permite al cuerpo fabricar los anticuerpos que necesita para defenderse contra los virus y las bacterias invasoras. Para garantizar que tengamos niveles suficientes de proteínas en nuestra dieta, podemos comer alimentos con proteínas más saludables, como pescado, pollo, carnes magras, alimentos de soya y productos lácteos bajos en grasa.

2. Incorpora vitaminas y fitonutrientes.

Las vitaminas A y C, así como los fitonutrientes, son jugadores clave en la salud del sistema inmunológico. Como uno de los mayores estimulantes del sistema inmunitario, la vitamina C alienta a nuestro cuerpo a producir anticuerpos que combaten las enfermedades. Es esencial mantener una ingesta diaria de vitamina C ya que el cuerpo no la produce ni la almacena. La vitamina A apoya la salud de nuestra piel, tejidos de nuestro tracto digestivo y sistema respiratorio.

Los fitonutrientes, que se encuentran en las verduras y frutas, reducen el estrés oxidativo de nuestro cuerpo, lo que puede debilitar su capacidad para combatir enfermedades. Se ha demostrado que varios fitonutrientes reducen el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares, combaten la inflamación, reducen la presión arterial y mejoran la salud general de nuestro sistema inmunitario.

3. Concéntrate en la salud intestinal con probióticos y prebióticos.

El sistema digestivo desempeña un papel central en el apoyo de la función inmune. El tracto intestinal es la ruta principal de contacto con el entorno externo y es una vía que contiene microbioma que ayudan a la digestión, así como a la absorción de nutrientes. Tener las bacterias intestinales correctas se ha asociado con beneficios como la pérdida de peso, una mejor digestión, una piel más sana y, lo que es más importante, una función inmune mejorada, aunque la investigación en estas áreas no es concluyente ni universalmente aplicable.

Los estudios han demostrado que los probióticos, que son “bacterias buenas”, son útiles para mantener el sistema digestivo, y los prebióticos, tipos de fibra que el cuerpo humano no puede digerir, sirven como alimento para estos probióticos.

4. Aumenta los ácidos grasos Omega-3.

Los ácidos grasos Omega-3, como DHA y EPA, son tipos saludables y esenciales de grasa, que se pueden encontrar en alimentos como la semilla de chía y suplementos como el aceite de pescado. Los ácidos grasos Omega-3 pueden mejorar las funciones de las células inmunes, que desempeña un papel importante tanto en el sistema innato como en el sistema adaptativo que responde a las infecciones.

Seguir las pautas generales de buena salud –dieta equilibrada, ejercicio regular– es su primera línea de defensa y la mejor manera de mantener naturalmente su sistema inmunológico fuerte y saludable.

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